EN PARTIDO DE LA JORNADA DE CHAMPIONS LEAGUE SI VIVIÓ UN GRAN PARTIDO ENTRE LOS DOS MÁS GANADORES DE CHAMPIONS LEAGUE
San José, miércoles 6 de noviembre del 2024
Madrid, España – El Real Madrid regresaba al Santiago Bernabéu tras la humillación del Barça en Liga para protagonizar un nuevo bochorno en Champions League contra el Milán. Los italianos también se pasearon por el coliseo blanco para profundizar en una crisis que ya se ha cronificado, sumando al mal juegos los malos resultados.
Todas las claves de lo que no se debe hacer
Los jugadores del Real Madrid dieron una nueva lección de lo que no hay que hacer en el fútbol de élite: desorganización (también crónica), falta de juego y de intensidad, errores defensivos, pasividad de algunos futbolistas y, otro día más, una preocupante falta de acierto de cara a portería.
Los aficionados se empiezan a mostrar consternados
El equipo blanco no caía en el Bernabéu en Europa desde hacía ya dos años y el fiasco protagonizado contra el Milán ha comenzado a provocar las iras de los aficionados -ya heridos por la goleada sufrida contra el eterno rival-, que lo escenificaron con pitos y protestas contra sus jugadores y abandonando el estadio antes del pitido final.
Sufriendo desde el primer minuto del partido
El sufrimiento de los de Ancelotti lo experimentaron desde el minuto uno, porque, aunque parecía que comenzaban bien, pronto se vieron desbordados por las incursiones de Theo Hernández y Rafael Leao, hasta el punto de encajar muy pronto su primer gol en contra.
Un gol que evidencia sus problemas defensivos
El 0-1 para el Milán lo anotó Malick Thiaw en el minuto 11 rematando un córner botado por Pulisic en el que el defensor alemán superó sin problemas a unos inoperantes Tchouaméni y Militao. Clara muestra de los problemas defensivos del Real Madrid esta temporada.
Vinicius anotó el empate de penalti
El empate para el conjunto merengue no tardaría en llegar, obra de Vinicius de penalti. Sin embargo, este tanto no sirvió para motivar al equipo, sino todo lo contrario, lo que llevó al equipo a desaparecer y entregar el balón a un Milán que dominó el juego sin problemas.
Morata volvió a silenciar al coliseo blanco
Lo de desentenderse del dominio del juego y esperar milagros, en Champions no funciona para siempre y también se paga. Y los rossoneri, efectivamente, se lo hicieron pagar en el minuto 38 con su segundo tanto, obra del ‘odiado’ Morata, que aprovechó un despiste sin explicación de Tchouaméni y Vinicius y ante la pasividad de la defensa del Real Madrid.
Silbidos contra el equipo al descanso
Tal fue la imagen de los blancos que los jugadores se marcharon al vestuario entre pitos de su afición y llevó a Carlo Ancelotti a mover el banquillo dando salida a Brahim y Camavinga en lugar de Valverde, tocado físicamente, y Tchouaméni, otra vez señalado.
En la segunda parte, más de lo mismo
Pero los segundos 45 minutos fueron más de lo mismo. El desorden y falta de movilidad del equipo llevó al neerlandés Tijjani Reijnders a convertirse en dueño y señor de la medular y del partido. Una actuación excelsa que terminó además con el premio de anotar el 1-3 definitivo en el minuto 72, un gol que sentenció a los blancos y dejó muy tocado el proyecto de Ancelotti.
Se echa de menos a Thibaut Courtois
El desastre del Real Madrid es fácil de explicar línea por línea. En la portería, Lunin no tuvo una mala actuación, pero está muy lejos del guardameta que llevó al equipo al final de la Champions League el año pasado y se echa de menos a Thibaut Courtois bajo los palos.
La defensa, bajo mínimos y en su peor momento
La defensa sigue siendo un despropósito. Reducida al mínimo por la insistencia de Florentino Pérez en no fichar, se sustenta en un Lucas Vázquez sobrepasado y lejos del listón de Dani Carvajal, un Mendy muy lejos de su mejor versión y dos centrales, Militao y Rudiger, que tampoco están viviendo su mejor momento.
Miguel Delgado Segura
Periodista – Director
Atardecer Deportivo